jueves, diciembre 3

Quiero ver brillar tus ojos de nuevo.


¿Sabes que pasa entonces?
Que las ganas de una persona por vivir la vida son demasiadas, como para dejarla ir sin desgarrarse el pecho en el intento de un último esfuerzo por verse con una sonrisa en el espejo, por ver a los que le quieren, reir de alegría a su lado. Y hasta el último segundo de un último latido el cuerpo luchará, el corazón bombeará sangre a todos las partes del sistema nervioso,órganos y por su cerebro pasará su vida en una milésima de segundo, hasta verse tumbado en una cuna mirando fijamente el carrusel que no deja de sonar hasta quedarse dulcemente dormido.

A los que quedan, viendo ese último minuto de lucha en tu cuerpo por no perder todo lo que un día te dieron, viendo a ese niño dormir en su cuna, ahora solo les quedará llorar, recordar tu nombre, tu persona, tus momentos junto a cada uno de ellos. Pero, ¿qué? Dentro de un año estarán riendo, no felices por completo, sino riendo, simplemente eso, sonriendo, y a ti no te quedarán labios para regalarle sonrisas a la vida, solo... solo... el frio de los huesos en una gran caja de madera.


Pero, no debes preocuparte. Estás en mi recuerdo para darle calor a lo poco que queda de lo que un día existió.

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