martes, mayo 29
Tú, veintiún kilómetros, y yo.
En estos momentos me pongo a pensar en ti, en tus manías, como esa de cuando estás nervioso y te tocas el pelo, o aquella otra de hacerme rabiar y besarme después. También pienso en mi forma de fijarme en ti, en tu forma de captar toda mi atención, y es que podría decir que en tus manos no faltan pecas, podría decir el sitio exacto de la mancha de tu cuello, o que tienes una pequeña cicatriz a la izquierda de tu ombligo.
Me niego a olvidar ningún recodo de tu piel, a dejar algún centímetro de ti sin besar. Porque después me encantará saber que no hay nadie que conoce el mapa de tu cuerpo mejor que yo, que no hay nadie que sabe más de ti más que yo. Por eso odio cuando estás lejos, odio cuando te vas, porque me siento sola, rodeada de mucha gente pero sola, porque nadie sabe darme lo que tú me das. Pero todo lo que se atrae se acaba juntando. Y tú eres como mi otro polo, mi otra mitad. Y así.. cada día te tengo más cerca, más dentro de mi, más parte de mi, cada día sintiendo más que tu vida ahora es mia, que mi vida ahora es tuya.
Tú, un centímetro, y yo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Me parece que no hay nada más bonito que conocer exactamente cada parte del cuerpo de otra persona. Creo que es ahí (o por lo menos a mi me pasó) cuando definitivamente me enamoré.
Muy bonito :)
Publicar un comentario