Dos días.Solo dos. Cumpleaños,sí.Feliz,tal vez.
Quizás la palabra no sea infeliz, si no incompleto. Sí. Eso es. Incompleto porque, hoy me faltas tu.
Once cumpleaños. Y no falto ni una sola felicitación por tu parte. Pero ahora si. Cuarto cumpleaños sin ti. Muchas felicitaciones, pero todavía queda un vacío. Un vacío para esa felicitación que ya, nunca más llegará.
Una tarta.Quince velas.Soplo.Cierro los ojos.Un deseo. Solo uno. Baja. Ven. Dame esa felicitación. Hazme sonreír, por un solo segundo.
Noche del 24 de mayo. Tu foto. Llena de besos y caricias. Caricias que nunca más podrán sentir el tacto, el calor de tu piel. Ojos que derramarán lágrimas. Lágrimas que jamás serán secadas por tus manos. Mis ojos. Tristes. Sin tener otros en los que reflejar su brillo. Miles de palabras. Palabras que nunca volverán a ser escuchadas.
Todos los años el mismo deseo. Y hoy sigo sin poder reaccionar ante mi verdad. Esa que tanto duele. Por la que tanto he llorado. La que tanto me ha hecho sufrir. Pero será que quiere seguir creyendo que ese deseo se cumplirá. Bajarás. Vendrás. Me felicitarás. Me harás sonreír, por un solo segundo.
Quiero tenerte. Te necesito. Frases cotidianas. Fáciles de decir. Difíciles de sentir, quizás. Pero no para mi. Son verdad. Verdad que odio. Verdad que no quiero exista. No quisiera que hicieran falta en este momento decirlas. Pero así es.
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