martes, junio 18

Su sonrisa era una invitación, a quererse, o a Dios sabe qué.

1:16. A ver que sale de esta cabeza pensante. De fondo "Let her go".

Llevo días sin escribir, sin escribirte, sin describirme. Quizás alguien haya echado de menos las palabras de una simple aficcionada más a esto de hacer arte con palabras. Solo estaba bordando momentos que después puedan ser escritos. Digamos que estaba cosiendo algunas páginas más de mi historia, que, quién sabe cuando acabaré de coserla, quién me dará mañana mismo su aguja e hilo para ayudarme en ello, quién dejará de coser conmigo, quién empezará o a quién tendré que ayudar a coser.
Es por todo esto que, empezar diciendo aquello de "a ver que sale de esta cabeza pensante", ha sido un minúsculo error, a ver que sale de este corazón, a ver que decide escribirme hoy.
¡Lo sabía! Sabía que el muy capullo me hablaría de ti. Parece que se ha empeñado en recordarme que ya no duermes conmigo, pero él no sabe que nuestros demonios han decidido amarse, por eso a kilómetros de tu cama, hay algo que te sigue uniendo a la mía. Puede que también sean mis ganas de ti, o que, cada vez que me hablan del sol, yo recuerdo que se va todas las noches y entonces decido quererte mucho más, no perder oportunidad alguna para besarte el rascacielo que a mi se me ha antojado ver en tu boca, no me gustaría  echarte de menos cuando ya te hayas ido.
Algo tan simple como que siempre vas a ver a un pájaro volar en lo alto del cielo de la ciudad, algo tan simple como hacerte ver que si te he echado de menos, más huevos le voy a echar al verte. Porque sí, porque con esa cara me rompes por dentro, y solo se me ocurre un "¡Ven a bajarme las bragas!"

2:03.  Sé montar armaduras, pero, si quieres, vienes y te la desmonto.