domingo, octubre 4

Rozo la noche con los dedos.

Coge a la luna, súbela al cielo. Abrázala hasta fundirla, nota el calor cuando entra por tu cuerpo. Mírale a los ojos, hasta poder ver tu reflejo. Bésala, empezara a brillar. Espérala, aunque te queme el sol. Quiérela, por mucho que no la puedas alcanzar.




Ahora digamos que esa luna lleva mi nombre.

1 comentario:

Espia Rusa dijo...

y que no te suelte nunca. :)